Yora

Cultural y lingüísticamente, los yora tienen semejanzas con los sharanahua y los yaminahua. Sin embargo, hay diferencias. Una es bastante obvia: los yaminahua son relativamente altos y corpulentos, mientras que los yora son bajos y delgados.
Rumores de haberlos visto habían circulado por años en Sepahua. Decían que era un grupo salvaje y nómada que mataba a todo el que encontraba. Otros grupos de la familia pano les dieron el nombre de nahua, que significa ‘no nosotros’. Los yora aparecían a orillas de los ríos apuntando con sus flechas a cualquier persona que veían. Habían sido asustados por el “Padre Grande” en el cielo, (posiblemente una avioneta de una compañía petrolera), que pensaron que era un espíritu. Habían escuchado, además, fuertes ruidos por la noche (posiblemente pruebas sísmicas), y pensaron que eran ruidos producidos por los espíritus que luchaban en la oscuridad. Por eso prefirieron esconderse en lo más recóndito de la selva, evitando el contacto con los madereros o los colonos mestizos. Los explotadores de madera que se acercaban demasiado al territorio yora eran eliminados.
Reflexionando sobre su vida anterior al contacto con el mundo, Raya, un yora joven, relató un ataque a los madereros: “Arrojamos flechas a su canoa. Los hombres se asustaron y saltaron a la corriente del río. Mi padre y yo agarramos la canoa, y rápidamente la arrastramos a la orilla. Recogimos todas las herramientas, las ollas y todo lo que pudimos llevar, y huimos a la espesura de la selva. Los madereros lucharon contra la corriente y regresaron a la orilla”.
Cuando Raya y los demás yora regresaron para reunirse con su gente río arriba, no sabían que un acompañante mortífero iba con ellos: el virus de la gripe. Los efectos fueron devastadores. Cincuenta yora murieron durante las seis semanas siguientes antes que el virus desapareciera. El trabajo del ILV entre los yora empezó con un equipo médico que atendió a los enfermos y vacunó a toda la población.
En la actualidad los yora viven en una sola comunidad. Ayudados por el ILV, han construido casas, sembrado chacras grandes y construido una escuela. Los niños y los adultos están aprendiendo a leer en el idioma vernáculo.